Doctrina # 6
Tema: La resurrección
Para dar comienzo a esta enseñanza, queremos decir que este tema está dividido en dos partes.
La primera parte que consiste en la primera resurrección, que es la resurrección de la nueva criatura y la segunda parte es la resurrección final, y es cuando muramos y nos levantemos del cuerpo, y estemos en espíritu con Dios para siempre.
Empezaremos con la primera parte o sea la primera resurrección, la que se efectúa cuando nos bautizamos en su nombre.
Analicemos este texto que se encuentra en Génesis 2:7(Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.), este texto es muy conocido por todos, aunque aparentemente no tiene nada que ver, lo vamos a analizar.
a. La procedencia del hombre, el hombre fue formado del polvo de la tierra, esto se refiere a la parte física, claro Dios, alentó en su nariz el soplo de vida.
b. El pecado que por la desobediencia se originó en él, pues el enemigo conocía su procedencia era del polvo de la tierra (terreno).
c. Su desobediencia nos contaminó a todos, es decir, pasamos a ser hombres pecadores por el fruto de aquel hombre que fue formado del polvo de la tierra (Génesis 3:19: Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.)
Por su desobediencia el hombre muere, notemos esto moriría de dos formas, física y espiritualmente, por eso tienen que existir dos resurrecciones; y el Señor dictando sentencia de muerte al ser que había formado le dijo: del polvo eres y al polvo volverás, dictó sentencia acerca del sufrimiento que tenía que pasar mientras esté en este mundo, y también cuando viviere en el mundo de maldad, el pecado lo mató (Génesis 2:17: mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás). El haber comido del árbol de la ciencia del bien y del mal, lo mata o sea lo considera un ser muerto.
La desobediencia lo mata físicamente y el haber conocido el bien y el mal lo mata espiritualmente, y por primero tiene que resucitar por medio del bautismo y luego la segunda resurrección tiene que ser el levantamiento del espíritu de parte de Dios, cuando muere.
Eclesiastés 12:7.
Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
Esta sentencia era para todos los seres que nacen en este mundo.
Según la ley ellos nacen como el primer Adán, pero nacen y están muertos por el pecado, es decir, el pecado ya viene en ellos y tienen que arrepentirse para no ser condenados en la segunda muerte (Apocalipsis 20:6: Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.). Ellos nacen pero están muertos por la sentencia que maldijo a todos (Génesis 3:19).
Lo que el texto quiere decir, es que los hombres nacen y si no se arrepienten ya están destinados a la condenación.
1 Corintios 15: 45-52.
45Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.
49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
50Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
52 En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
En todos estos textos vamos a descubrir cómo el apóstol Pablo descubre la resurrección del nuevo hombre.
1. Que es lo que tiene que ser primero el hombre animal o sea el hombre terreno pecador como Adán, pero es lo primero y después el hombre espiritual, y claro como trajimos su imagen, que es imagen que da del pecado y la física viciada al error.
2. Nos pone el ejemplo mismo del Señor al traer la imagen de Adán (Romanos 5:14, 15: No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.) y al traer esta imagen era lógico, tenía que decírsele hombre de pecado por naturaleza.
Y él mismo dijo: Hebreos 2:14.
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.
Si los hijos participaron por la naturaleza de carne y de sangre o sea, ser humano como todos los seres humanos, el participó de lo mismo para comenzar del principio y destruir a la muerte en su carne, qué quiere decir esto, todos los hombre nacen bajo de maldición y por eso desde que despierta a este mundo son guiados a cometer pecado, pero nuestro Señor no fue así, Él destruyó la muerte en su cuerpo, para poderlo vencer en su cuerpo tenía que mantenerse en limpieza.
Y él nos enseñó que el nombre nace bajo pecado, pero si se arrepiente y cambia su vida pecaminosa, Dios lo transforma en una nueva criatura, es decir, en un nuevo hombre, que aunque haya traído la imagen del terreno viciado al pecado, debe resucitar en un nuevo hombre.
En el versículo 52 de 1 de Corintios, esto sucede como un misterio, es incompresible en un abrir y cerrar de ojos, note el versículo 49 como sucede el misterio de la resurrección del nuevo hombre.
a. Lo primero que tiene que hacer uno es oír esto, lo que dijo el Señor, en S. Juan 5: 24-29:
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
27 y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.
28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
El Señor dijo el que oye mis palabras, note que aquí, que no se está refiriendo a los muertos que están en la sepultura, o sea el que ya pasó a la eternidad sin Cristo (no se conforme a esto), é se está refiriendo a personas que respiran y que oyen y miran pero están muertas espiritualmente.
Y dice el que oye mis palabras, no vendrá a condenación y se refiere a la segunda muerte. Dando a entender que si se obedece a la palabra de Dios, moriremos físicamente, porque decimos que esto se estableció como ley; Pero no verá la condenación o sea vivir eternamente con Cristo.
Otro aspecto que quiero que note, es el versículo 25, cuando dice vendrá y ahora es cuando los muertos oirán su voz y los que oyeren vivirán, no está diciendo el Señor que esto sería en el futuro, sino en ese momento, y el versículo quiero que lo analice bien, porque habla del sepulcro; o sea los que están aun bajo la tumba, talvez este ha oído que el Señor vino a juzgar a los vivos y a los muertos (1 Pedro 4:5 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 6 Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.) dice que le está aparejado para juzgar a vivos y muertos, que el evangelio es para predicar a los muertos y que sean juzgados en carne.
Romanos 4:17.
(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
Nos confirma que por la fe de creer a él, él le da vida a todos los muertos para que hablen a los otros muertos que andan en este mundo.
Romanos 8:11:
Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Nos dice que el mismo que el que levantó al Señor Jesús también vivificará nuestros cuerpos mortales, esta carne que sólo nos lleva a la condenación.
Ahora nos sirve para salvarnos de la condenación (Efesios 2: 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús), el versículo nos dice que estando nosotros muertos en delitos y pecados, nos dio vida y nos hizo sentar con Cristo en los cielos, o sea estamos con Cristo en los cielos, levantándonos del polvo y nos llevó a donde él está en los cielos, no se refiere a los cielos literales.
Colosenses 2:13
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.
Nos dice que estamos muertos en delitos y pecados, es decir, muertos físicamente, pero no importando la condenación de nosotros, nos vivificó perdonando nuestros pecados.
Romanos 6:1-10.
El misterio del bautismo, con esto textos nos declara su palabra, que para que se efectúe la primera resurrección en nosotros tenemos que bautizarnos y no volver a pecar más, y nos dice que no volvamos a pecar, por que los que hemos sido bautizados en Cristo hemos sido bautizados en su muerte, por que cuando nos bautizamos en su nombre, nos bautizamos en agua, y nos estamos bautizando para resucitar a la gloria de Dios, es decir, este viejo hombre como Adán se vivifique o se levante a la gloria de Dios, siendo una nueva criatura que vive para Dios sin pecado, no prestando los miembros de sus cuerpos para instrumentos de pecado.
Apocalipsis 20:6.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Con este texto queremos cerrar este estudio, pues claramente dice que es feliz o bienaventurado y santo, el que tiene parte en la primera resurrección, pues la muerte segunda no tiene parte con él o sea la condenación tampoco tiene parte con él, antes le servirán a Dios porque serán sacerdotes de Dios.
Pero no basta con sólo bautizarse en su nombre, por eso dice Pablo, perseveraremos en pecaremos para que la gracia crezca, en ninguna manera, por que hay que vestir el nuevo hombre como dice Efesios 4:22-24, o sea hay que guardarse en santidad porque ya participó de la primera resurrección, pero no quiere decir que no está excepto de pecar; si peca y muere en pecado todo lo que hizo no vendrá a la memoria y se condenará con todo su conocimiento y no tiene parte de la resurrección para la eternidad o sea el día que muere físicamente por haber muerto en delito y pecados, y aunque sea levantado de la primera resurrección y vuelve a caer en el pecado se condenará y a esto se le llama la muerte segunda (Apocalipsis 21:8).
Preguntas sobre el tema de la resurrección:
1. ¿Cuántas resurrecciones hay?
R: Dos. Apocalipsis 20: 6 y 21: 8.
2. ¿Cuál es la primera resurrección?
R: La primera resurrección es la que se efectúa cuando nos arrepentimos y nos bautizamos (Romanos 6:1-10).
3. ¿Por qué tiene que existir segunda resurrección?
R: Por que la primera nos resucita para vivir una nueva criatura en Cristo y servirle como sacerdote de Dios y la resurrección final es la que nos dará el Señor cuando este cuerpo terreno retorne al polvo, es decir, y el nuevo hombre cambiado regrese al punto de donde salió o sea nuestro Creador, y reinaremos con Dios eternamente.
Antes tenemos que haber participado en la primera resurrección, el habernos inscritos en el libro de la vida y ya estando alistados con los santos podremos recibir la corona de la vida eterna, como lo dijo Pablo (1 Timoteo 6:12), el premio que Pablo esperaba era la vida eterna, cuando resucite, o sea el cuerpo vaya a la tierra y el hombre interior vaya gozar con Dios para siempre. Amén.